Historia de la Finca

Tras entrar por primera vez en la finca que habíamos elegido, descubrimos algunas cosas en su interior que nos hicieron dudar. Como nos interesa mucho la historia de nuestra casa, decidimos buscar a los propietarios originales y preguntarles por la finca. Nosotros mismos compramos la finca a un capitán italiano que la había comprado unos años antes para él y su mujer como casa de retiro. Pero incluso antes de que pudiera empezar la renovación, su mujer le dejó, por lo que quiso vender la finca con el corazón encogido. A través de él pudimos encontrar a los anteriores propietarios y nos pusimos en contacto con ellos para organizar una reunión en la casa. Una mujer mallorquina de 70 años vino con su hija, ambas muy cariñosas y abrumadas por lo que queríamos hacer con la casa y la propiedad. Nos dijeron que la casa era una granja y que allí tenían cerdos, cabras y palomas. Allí se sacrificaban algunos cerdos, lo que explica por qué había tantos postes de madera que sobresalían de algunas paredes, porque las mitades de los cerdos se colgaban allí para desangrarse. Para ser sinceros, desde que vimos los viejos postes de madera nos asustamos, pero como forman parte de la historia de la casa, queremos conservarlos.

 

La cocina está negra de hollín y una especie de enorme extractor se extiende por todo el frente. La mallorquina nos explicó que aquí se cocinaba con fuego abierto y que el «extractor» era una gran chimenea, que también se puede ver en la planta superior. Las dos habitaciones situadas a la izquierda y a la derecha del pasillo se utilizaban como salones y dormitorios, y las del piso superior, como almacén y palomar.

 

La tierra se cultivaba, principalmente cereales y patatas. Tras la muerte de sus padres, la casa permaneció vacía durante años hasta que se puso a la venta.

 

Lamentablemente, no hay fotos antiguas de la finca, pero al menos ahora sabemos para qué se utilizaban la casa y el terreno en el pasado.